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Columnista:
Rita López.

Médico internista integrativa, coach ontológico
y experta en bienestar emocional. Speaker internacional en temas
de salud emocional.
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Cuando estar bien es la norma

 “Hoy no me siento bien, no quiero ni hablar con la gente. Sentirse mal también está bien, porque no hay mal que dure pa’ siempre y menos tú.” Así canta Alejandro Sanz en su canción “No me siento bien”,

y sinceramente, amo esa estrofa.

 

Vivimos en una sociedad que durante siglos ha promovido la productividad como ideal y ha impuesto el “estar bien” como norma. ¿Cuántas veces has respondido “estoy bien”, cuando en realidad querías decir: “hoy no ha sido mi mejor día”?

 

Aceptar lo que sentimos y hacer algo con ello es el primer paso para transformar cualquier situación. No se trata de quejarnos ni de quedarnos atrapados en lo que nos duele. Se trata de expresar con sinceridad cuando estamos desbordados por emociones difíciles. Reconocer lo que ocurre en nuestro interior es ya un acto de valentía. Mostrarnos vulnerables no nos debilita: al contrario, es un acto de fortaleza y dignidad emocional. Nos permite transmutar, honrar y darle sentido a lo que sentimos.

 

En cambio, fingir que estamos bien o, peor aún, convencernos de que lo estamos cuando en realidad estamos hechos un caos por dentro, solo profundiza el dolor. Nuestras emociones son señales, necesidades que deben ser atendidas con calidad de urgencia, no mañana, no más tarde, sino ahora, en el presente.

 

Detente. Respira. Escucha tu interior con atención y sin juicio. Permítete sentir. Suelta la resistencia. Deja ir lo que pesa.

Solo así podrás volver a encontrar la calma.

 

No siempre tenemos respuestas inmediatas para lo que nos duele. A veces no hay soluciones rápidas para lo que nos complica. Pero siempre podemos conservar una certeza: en el presente no hay espacio para el sufrimiento, solo para las posibilidades de sanar y volver a estar bien.

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